A sangre fría es todo un clásico dentro de la literatura contemporáneo y su autor, Truman Capote, uno de los escritores estadounidense con mayor reconocimiento mundial. Conocía a Capote, pero no de manera literaria, sino por la película Breakfast at Tiffany’s, de cuyo libro él es el autor (sí, es un libro!).
Hay mucho que decir sobre este man, ciertamente fue un atractivo personaje dentro de la escena literaria del siglo XX, destacando por su abierta homosexualidad, sus excéntricas amistades, su vestimenta y sus osadas columnas de opinión en diarios neoyorkinos -tal como él mismo señaló en una entrevista: "Soy borracho, soy drogadicto, soy homosexual, soy un genio".
Pero además destacó por ser el creador de un nuevo género literario -o periodístico-, el de la novela de no ficción (Non-fiction novel). Este género combina a la perfección la novela y el reportaje, es decir, la ficción y la realidad, a través de una rica narración. Cabe mencionar que varios/as autores/as utilizan esta forma de recrear historias, uno que me gusta mucho es Emmanuel Carrère, con su El adversario.
Capote relata en tercera persona el macabro asesinato de los cuatro integrantes de la familia Clutter, en un pequeño pueblo del estado de Kansas. Los Clutter eran una tradicional familia norteamericana de los años cincuenta, se dedicaban al cultivo de sus campos y a mantener las costumbres y buenos hábitos de su religión. El padre, Herbert, era un hombre catalogado de intachable, sobresalía por su carácter amistoso y la fortuna que poseía sin hacer alarde de ella, más bien al contrario, era bondadoso y protector de sus empleados. Su señora, Bonnie Fox, era tímida, delicada y retraída, sufría de depresión, lo que la convertía en la integrante más opaca de la familia. El matrimonio tenía cuatro hijxs: Eveanna, Beverly, Kenyon y Nancy, estos dos últimos, aún adolescentes, vivían con sus padres en casa, destacándose por ser estudiosos y afables. En general, la familia se caracterizaba por llevar el emblema patrio y sus costumbres, siendo muy queridos y respetados en el pueblo. Por eso nadie se explicaba cómo era posible un crimen de tal magnitud, con tanta cizaña.
Al avanzar las páginas, Capote va mezclando la historia de los Clutter con la historia de Dick y Perry, dos jóvenes errantes, sin rumbo, ex penitenciarios. La gracia está en conocer cómo ambas historias se cruzan hasta convertirse en una sola. ¿Qué tenían que ver los Clutter con dichos jóvenes? ¿Por qué Dick y Perry los conocerían? ¿Qué tipo de misterio se encierra en esta relación? En resumen, A sangre fría explica cómo el pueblo de Holbcomb se estremece ante el asesinato de esta familia, crimen sin ningún sentido aparente y cómo los asesinos son capturados y sentenciados.
Es interesante leer cómo el autor logra minuciosas descripciones de sus personajes, especialmente de Dick y Perry, lo cual nos permite adentrarnos en sus personalidades, historias íntimas y a encontrar alguna explicación a lo sucedido. Ambos personajes eran muy diferentes entre sí, con vidas distantes y formas de pensar muy distintas. Llama la atención la meticulosidad con que el autor aborda estos temas, siempre desde la indiferencia y la observación detallada.
Desde mi punto de vista, lo extraordinario de esta obra es el metódico trabajo de investigación que se llevó a cabo. Capote investigó por casi cinco años este crimen; se interesó en el caso apenas leyó la noticia en los diarios, y posteriormente se dedicó a recopilar información y diversos documentos, llevando a cabo un rígido trabajo de campo, digno de su labor como periodista -su oficio principal. La reconstrucción de este crimen real transita entre los límites del periodismo y la literatura. El trabajo realizado por Capote incluyó la compañía de su amiga Harper Lee, también escritora, autora del famoso Matar un ruiseñor, y juntxs estuvieron por meses en Holcomb, realizando entrevistas y observación en terreno para comprender las costumbres del poblado.
A Sangre fría es un libro que intriga, que te atrapa. Al principio me costó tomarle el ritmo porque es un libro más bien gordo (casi 400 páginas), pero luego no podía dejar de leerlo, porque en cada página la historia vuelve a abrirse a múltiples posibilidades, sospechas e interrogantes. Me gustó y si lo pueden leer, ¡genial!
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