Este libro es una historia con personajes exóticos, pero al mismo tiempo adorables: Cecelia, la asistenta de la casa; Anhil, el donutero inmigrante, Cynthia, la dueña de casa superada y llorosa; Nic, el famoso vecino actor; y Lusardi, el místico médico, entre varios otros. Sobre este curioso reparto de personajes, la autora va armando la trama principal del libro: la crisis personal que atraviesa Richard, un hombre de 55 años, a quien le sobra el dinero y el tiempo, y que un día vuelve a nacer luego de un extraño dolor que siente en el cuerpo.
A.M. Homes, escritora estadounidense muy conocida por sus polémicas obras de ficción -como El fin de Alice- se inventa la vida de Richard Novack, quien lleva una existencia vacía y sin sentido, apenas manteniendo contacto con el mundo exterior, salvo por sus asistentas: la señora que hace aseo en su casa, su nutricionista y la entrenadora física. Richard sigue enamorado de su ex-esposa, apenas mantiene relación con su único hijo adolescente, Ben, y ni qué decir sobre sus padres y hermano: completos extraños, pese a la cercanía. Tal como lo expresa la voz omnisciente presente en toda la historia: “se había vuelto estúpidamente independiente, no necesitaba ni conocía a nadie. No formaba parte de la vida de nadie. Se había liberado tan completamente del mundo de las dependencias y obligaciones que no estaba seguro de su propia existencia”. Esta soledad no es algo que le afecte, pero su despertar ocurre un día y ya no hay vuelta atrás, cuestionándose en qué clase de persona desea convertirse.
En este relato, ambientado en Los Angeles, la autora mezcla diversos elementos surrealistas con lo cotidiano, aventuras in-creíbles con situaciones que aluden a una sociedad enferma y en decadencia. Por eso la necesidad de un “libro amable”, como lo llama ella en una entrevista. Y, ciertamente, lo es. Este libro te salvará la vida, haciendo guiños a la cultura autoayuda y el new age hippie, se ríe de la cultura gringa, de sus miserias y sus contradicciones sociales, en donde el dinero todo lo puede comprar, y en donde los vicios modernos, como el culto al físico y la salud, se venden como rituales espirituales que te salvan la vida.
Me gusta la forma en que la autora estructura la narración: los diálogos adquieren un rol protagónico y los variados personajes toman la palabra sin dar mucho espacio a las descripciones o a la creación de capítulos; se cuenta todo hilado, de una sola vez. La historia tiene un ritmo que te atrapa. Empecé a leer y no me di ni cuenta cuando ya llevaba 70 páginas, entre risas, muecas y expresiones faciales que puede sacarte esta lectura. Y si hay algo hermoso en la literatura es la capacidad de ponerte en el plano de lo ficticio, un mundo imaginario, pero cercano. Hace algún rato que no estaba leyendo novelas, y tenía muchas ganas de una que me enganchara, así que tuve la suerte de encontrar este libro.
Amy Michael Homes (1961 - ) |
En fin, disfruté mucho esta lectura, sus personajes entrañables, las situaciones absurdas y el estilo comedia-burla-drama del relato. El personaje principal, Richard, puede parecer nefasto a veces, pero lo incuestionable es su autenticidad, ¿acaso uno de los más nobles atributos de una persona? Al final se da cuenta que lo importante no es el éxito, sino lo que somos y hacemos por otrxs. Específicamente, y parafraseando a A.M. Homes, qué tendríamos que hacer para salirnos de nosotros mismos: “¿bailar en los pasillos del supermercado, gritar a pleno pulmón, poner en marcha un programa para ayudar a pequeños empresarios como Anhil para abrir tiendas de donuts?” Richard quiere hacer cosas, quiere ser heroico. Esta es la persona que él quiere ser: “Quiero hacer esto mismo por otros, por desconocidos, no importa quiénes sean, y quiero poder hacerlo por mí mismo”.
Portada del libro 392 páginas Editorial Anagrama |