jueves, 2 de julio de 2020

Okasan (2019), de Mori Ponsowy

Me gustaría saber qué piensa en este momento. Qué siente. Dónde está su corazón


Okasan es un libro muy bonito, lo disfruté mucho y me hizo ver nuevas perspectivas sobre las relaciones madre-hijxs. En general, he leído sobre estas relaciones, pero siempre desde el testimonio de los/as hijas/os, y nunca desde la vereda de una madre. ¿Qué se siente ver a los hijxs partir e iniciar sus propias vidas? ¿Cómo se re-inventa una mujer, que ha sido madre, y que siente que ya no juega ese rol?

Pero llegué a Okasan -gracias al Club de Lectura en el que estoy participando-, que es una especie de diario sobre el viaje de Mori, la autora siempre en primera persona, quien visita a su hijo Mati en Japón, país que éste escoge para seguir sus estudios de pre-grado. El libro se estructura en mini capítulos relatados en forma de diario-crónica, en donde la escritora va contando desde el día uno su llegada a tierras niponas. Okasan es un viaje que dura 14 días y nos muestra un poco sobre la cultura oriental y sus paisajes sobrecogedores, la fabulosa mezcla entre lo moderno y lo natural, lo cual me gustó mucho porque nos hace viajar junto a ella; pero también y, sobre todo, este libro nos habla de la experiencia de visitar a un hijo que crece y nos comparte las reflexiones y deseos entrampados de una madre que sufre, pero, al mismo tiempo, abraza su nuevo camino.


En este viaje, Mori nos abre su corazón, mostrándose frágil y vulnerable, aunque ante su hijo prefiere mostrarse políticamente correcta: una madre que entiende el camino hacia la adultez que éste va iniciando y, racionalmente, toma distancia, aunque le duele: “Me gustaría hablar con él más seguido”, “Tengo miedo, pero no sé a qué exactamente. Quisiera tomarle la mano pero no me atrevo”. Qué increíble pensar lo que algunas madres pueden sentir al vernos crecer y emprender una vida propia, un camino fuera de casa y sus reglas, totalmente fuera de su alcance. Su hijo crece, se hace adulto, se mueve por ciudades y pueblos lejanos con total seguridad; ella, en cambio, desconoce el idioma y se mueve torpemente, con estupor, y no entiende nada. De pronto, Mati es el adulto de la relación, le da órdenes, consejos y sigue su camino. 

Mori Ponsowy

La autora expone sus sentimientos con mucha delicadeza, no intenta ser neutra, ni tampoco lo consigue; el escenario cambió y entiende que ella debe cambiar también. Un nuevo rol le espera: “Tal vez estoy tratando de encontrarme en esta nueva mujer que, aunque tiene un hijo, ha dejado atrás su rol de madre. No soy del todo segura de quién soy, ahora. Tampoco sé con claridad hacia dónde voy, ni cuáles son las razones para seguir”. Siempre he pensado en aquellas mujeres que dedican toda su vida y energías a ser madres, digo, a ser en su opinión “madres perfectas 24/7”. Pero qué ocurre cuando los hijxs ya no las necesitan como antes, ¿en qué se transforma toda esa energía y ese amor? 

Okasan me pareció un libro bellísimo. Me encanta utilizar este adjetivo cuando algo me eriza la piel (es como: leí tal párrafo y ¿qué pasó? La belleza). La forma en que la autora se hace cargo de sus actos y la forma en que enfrenta su nuevo papel es sincera y apabullante. Mori reconoce en su hijo una persona singular, única, y ya no más una extensión de sí misma; reconoce “la vida que se está inventando, tan distinta, tan lejos de todo lo que conoció”, porque ahora es una madre que sabe que ya no puede cuidar o ayudar a este hijo que una vez fue suyo, y ahora es del mundo, como lo dice en algún capítulo. “Miro a mi hijo y veo a un joven que inventa su propia vida. Que se inventa a sí mismo. Saca de sí lo que no quiere y da forma y pule lo que le parece valioso”. Gracias, Mori, por construir este hermoso relato que me deja tanto en qué pensar.

Portada del libro
140 páginas
Editorial Reservoir Books