viernes, 29 de mayo de 2020

También esto pasará (2015), de Milena Busquets

Siempre he pensado que los que dicen «te quiero mucho», en realidad te quieren poco, o tal vez añaden el «mucho», que en este caso significa «poco», por timidez o por miedo a la contundencia de «te quiero», que es la única manera verdadera de decir «te quiero». El «mucho» hace que el «te quiero» se convierta en algo apto para todos los públicos, cuando, en realidad, casi nunca lo es. «Te quiero», las palabras mágicas que te pueden convertir en un perro, en un dios, en un chiflado, en una sombra

Antes que todo: realmente me encantó esta historia. Muy rápida de leer, de engancharse y de sentir junto a su protagonista, Blanca, quien narra en primera persona su vida y los días que suceden a la muerte de su madre: su ídola y su deidad. Por esta razón, la narración, contraria a ser lógica y lineal, es toda una experiencia de hacer conciencia, de enfrentarse ante esta madre muerta que la abandona a sus cuarenta años, tal como ella le dice, en donde “todo el amor de mis amigos y de mis hijos no es suficiente para resistir la embestida de tu ausencia”. El relato es ligero y chispeante, sin ambiciones novelescas, y abunda la ironía y la desfachatez de Blanca de creerse con el derecho de hacer y decir, solo por haber quedado “huérfana”, como ella se autodefine.

El tema principal del libro consiste, claramente, en saber cómo gestionar ese dolor que nos abruma tras la muerte de un ser amado. Se trata de la historia de una hija desorientada que anhela volver a acurrucarse en los brazos de su madre, figura que la oprime y, al mismo tiempo, la levanta. ¿Qué viene ahora que ya todo ha cambiado para siempre? El libro comienza con el entierro de la madre de Blanca, en Cadaqués, idílico balneario lleno de recuerdos y juventud, en donde solían pasar los veranos familiares junto a multitudes de amigos y conocidos. A partir de ahí, Blanca se pasea por diversos recuerdos y anécdotas junto a su madre, los que va alternando con los acontecimientos que va viviendo durante ese verano, junto a sus dos hijos, sus mejores amigos y sus dos ex maridos, con quienes mantiene una fraterna relación. Todos ellos aparecen descritos con admirable precisión, desde sus rasgos físicos y formas de vestir, hasta elementos psicológicos que llaman la atención de la protagonista. 

Pero en el libro también hay tiempo para el amor, el sexo, y la coquetería; las ganas de volver a sentirse viva son enormes y así también el deseo de sentirse nuevamente amada, tal como dice: “Una de las cosas más sorprendentes del amor es su milagrosa capacidad de regeneración”. Y bien lo sabe Blanca, quien se sumerge en un trampolín de emociones en donde no siempre obtiene lo que desea.

Milena Busquets (Barcelona, 1972)

El libro es como una larga conversación entre la madre y la hija, o mejor dicho, un monólogo en donde Blanca se dirige a su muda madre, en donde la encara y le reprocha cosas del pasado, pero más que cualquier cosa, le dice cuánto la extraña y cómo es que nunca volverá a amar a nadie como a ella, pese a que no fueran tan cercanas ni, menos aún, tuvieran una idílica relación madre-hija: “Nunca fuimos una madre e hija confidentes que se lo contaran todo. Nunca fuimos amigas. Nunca compartimos intimidades, creo que siempre intentamos ser la versión más presentable de nosotras mismas frente a la otra”. Blanca recuerda a su madre como una mujer fuerte, valiente, poco cariñosa, pero muy culta y rodeada siempre de amistades y de amor. La recuerda como un personaje capaz de llenar cada espacio a donde fuese, logrando iluminar todo en su vida y en la de los demás: “Y te quedaste con nuestra perra. Y la hiciste tuya, como hacías con todo lo que amabas, con todos, les robabas una vida, les regalabas una vida, mucho más amplia y aireada y divertida que cualquier cosa que hubiesen conocido antes o que fuesen a conocer después”.

Esta intensa relación entre ambas es en realidad la relación entre su autora, Milena Busquets, y su madre, Esther Tusquets, la famosísima editora de Seix Barral. También esto pasará es la historia de Milena -Blanca, su alter ego en el relato- que escribe posterior a la muerte de Esther. Por eso es un libro íntimo, sincero e irrepetible. Es ficción y a la vez es muy personal. Me gustó mucho la forma en que ella escribe este relato, y especialmente el epílogo resulta, decididamente, una declaración de amor y admiración a su madre, a quien no termina por encontrar en cada libro, en cada conversación y en cada rincón que visita.


Portada del libro
176 páginas
Editorial Anagrama

domingo, 3 de mayo de 2020

Reborn (2009), de Susan Sontag

Eveything begins from now - I am reborn

Susan Sontag, reconocida ensayista, novelista y crítica literaria estadounidense de origen judío, fue un espíritu libre, una mujer singular -quizás en el sentido de Vivian Gornick. Fue prematura en muchos aspectos: comenzó sus estudios universitarios, se casó y fue madre muy joven; se separó prontamente y se fue a vivir a Europa experimentando libremente su homosexualidad, en una época en donde existían muchos prejuicios, pese a lo liberal del ambiente en que se movía.

Más allá de sus novelas y cuentos -no tan elogiados como así sus ensayos-, Sontag destacó por su capacidad para nombrar las cosas y sus análisis sobre la cultura postmoderna. Admirada por su inteligencia y autenticidad, sus ensayos sobre estética y literatura (algunos como Notes on Camps y Sobre la fotografía) fueron muy influyentes durante el último tercio del siglo XX, convirtiéndose en una destacada referente de la cultura contemporánea de Estados Unidos y Europa. Sin embargo, en privado, también mantenía sus diarios, escribiendo decenas de cuadernos, los cuales fueron reunidos por David Rieff, su único hijo y editor de Journals & Notebooks: obra póstuma de Sontag consistente en tres volúmenes de puro material autobiográfico, comenzando los diarios a los 14 años de edad. 

Es importante señalar que su hijo editó la escritura y seleccionó el material que creía interesante. Asimismo, eliminó varios párrafos y sustituyó algunos nombres con el objetivo de proteger un poco más la privacidad de su madre. Por lo que muchos medios insisten que este no es el libro final que Sontag hubiese querido, en su afán de perfección y rigurosidad. Pero ya está.


Susan Sontag (1933-2004).
Leer Reborn, primer volumen de sus Journals & Notebooks, ha sido un verdadero placer. Los diarios fueron escritos exclusivamente para ella misma, creando a la persona que quería ser: una joven de provincias que quería convertirse en una persona relevante en la ciudad. Desde pequeña, Sontag creía poseer dones especiales y, por lo mismo, tener algo que mostrar y contribuir a la sociedad. Y en estos diarios está la prueba de su creencia: trabajadora, curiosa y audaz, tuvo siempre la inquietud de profundizar y reflexionar sobre su educación, ampliando los límites de su mundo y de lo posible. Pero también fue una mujer que batalló una y otra vez contra sus propios miedos y fantasmas: el amor, la familia y la soledad. Tal como lo dice David Rieff en el prólogo: estos diarios oscilan entre el dolor y la ambición.

De mente lúcida, Susan Sontag tenía una compulsión por hacer listas para todo: libros que quería leer, películas que había visto, secuencias de un día, ideas para cuentos, descripciones de personas que conocía en algún lugar, etc. Las listas le facilitaban recordar personas y cosas, pero, al mismo tiempo, las situaban en un lugar relevante de su cotidianeidad, como apuntes para uso personal. Por eso, Reborn es una lectura que cuesta: es cruda, es desorganizada y a veces sin estructura porque, precisamente, estos cuadernos no fueron concebidos para ser leídos por otros. ¿Es esa la “lógica” de un diario, no? El poder de su escritura está en conmovernos con sus ideas, su perspicacia y sus propios juicios sobre las cosas, porque, pese al desorden aparente, Sontag lograr estructurar muy bien sus argumentos y propósitos, que revelan el rigor de su oficio como escritora.

Asimismo, sus diarios exteriorizan sus pensamientos sobre distintos temas: juicios estéticos sobre películas y libros, procesos creativos, amores, desgracias, ética y filosofía. En suma, una escritora escribiendo sobre el mundo que le rodea. Aunque he leído pocos, los diarios -como escritura íntima- son de las piezas literarias que más me inspiran, porque, como buen material en bruto, nos llevan al autor/a en primera persona, sin caretas ni frases buscando aprobación.

Este libro cobra un valor muy especial para mí porque: primero, lo leí en su lengua original; segundo, lo compré en una de mis librerías favoritas en un viaje increíble; tercero: lo re rayé y subrayé; y cuarto, y más importante, me hizo conectar con su lectura de una forma indescriptible. Susan Sontag, una intelectual espléndida, se abre hacia sí misma confesando sus propias debilidades y sacrificios, demostrando ser tan sensible como insaciable.

Portada del libro
320 páginas
Editorial Picador